En un futuro muy cercano, Patricia, una periodista española afincada en San Francisco, recibe un e-mail que diagnostica de forma certera su actual desmoronamiento mental, afectando su pasado como hija y su futuro como madre. El desconocido se presenta como el creador del algoritmo de Dios. Ella recuerda una historia casi enterrada en el tiempo, que revolucionó la democracia española, traspasando sus fronteras. Un fantasma tildado de terrorista, que el gobierno y la CIA buscaron sin éxito, le propone una entrevista clandestina. Patricia, con sólidos motivos profesionales, personales y, sobre todo, vitales, acepta el encuentro, pues necesita imperiosamente escapar de su propia existencia. Algo que él ya ha previsto.
El algoritmo de Dios, aúna suspense, aventura, espionaje, violencia y venganza con una serie de historias entrelazadas que se desarrollan en Europa, África y Estados Unidos. Una trama cruda por momentos que, sin embargo, destila por sus poros cinco tipos de amor.
SALVADOR SAGRADO nace en Valencia, en el invierno de 1961. Catedrático en la Universidad donde se formó y doctoró en Química, ha pasado años escribiendo textos docentes, artículos científicos y libros técnicos, donde la componente literaria tenía un peso menor. Casualmente, durante una conversación informal entre amigos sobre esas raras novelas que marcan, pronuncia una frase que resultará profética: “¿Para qué buscar tal novela cuando puedes escribirla?” Aquello se convertirá en un reto del que surgirá, años después, El algoritmo de Dios.
Fallero, apasionado de su tierra, reserva para ella un papel preponderante en la novela; pero también nos muestra rincones y vidas al otro lado del planeta. Aficionado al cine y los documentales donde la inteligencia, el avance tecnológico y la proyección viable del futuro de la sociedad se convierten en protagonistas, decide entremezclarlos en su novela con la realidad social de la España contemporánea. Harto de escuchar innumerables protestas contra el sistema de poderes establecido pero no percibir acciones capaces de mejorarlo, decide crear esta ficción que lo consigue, convirtiendo así su novela en una idea verosímil.
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